segunda-feira, 27 de junho de 2011

Suponhamos que a Grécia cai...

Se a Grécia cai, é sabido que quem lhe emprestou dinheiro terá que assumir parte do prejuízo. Em particular, os bancos que empataram avultadas somas nesse negócio. Como já estão com problemas de liquidez, com a possível bancarrota da Grécia, ao não receberem o dinheiro de volta, entram eles mesmos em risco de bancarrota. E nessa situação será muito interessante ver o que fazem os estados:
Será que voltam a salvar os bancos, implicando uma nova fabulosa transferência de dinheiro dos cofres dos estados para os bancos, e dessa forma fazer com que os cidadãos voltem a levar às costas as asneiras no sistema bancário?
É uma dúvida genuína.
É por esta questão que Merkel veio com a ideia de fazer com que os privados ajudem voluntariamente ao salvamento da Grécia, porque os cidadãos (aqueles que com o seu voto mantêm ou não os governantes no poder) já perceberam que o dinheiro que empatam para a ajuda à Grécia só tem um único fim: evitar que os bancos percam e mandar esse peso para cima deles próprios, porque como é óbvio, já todos perceberam que o caminho que levamos leva à falência da Grécia.
Isto coloca a Merkel e os restantes governantes num dilema: defender quem os elege ou defender quem lhes paga?

domingo, 26 de junho de 2011

Perguntas sobre consistência

A situação grega é semelhante à que tínhamos em Portugal com o anterior governo: Um governo de um partido que se chama socialista aplicando medidas de austeridade e umas oposições a esse governo e a essas medidas.

Quem estava a favor do anterior governo português também está de acordo com a manutenção do actual governo grego?

Ou a mesma pergunta mas em forma dual da anterior:
Quem está contra o actual governo grego também está contra o anterior governo português?

sexta-feira, 24 de junho de 2011

Alternativa credível

Mark Weisbrot
The New York Times, 10 de mayo, 2011
En Inglés

A veces hay desorden en los mercados porque un gobierno amenaza hacer lo que es mejor para sus ciudadanos. Esto parece haber sido el caso en Europa la semana pasada cuando la revista alemana Der Spiegel informó que el gobierno griego amenazaba con dejar de usar el euro. El euro sufrió su peor caída de dos días desde diciembre 2008.

Funcionarios griegos y de la Unión Europea desmintieron el informe, pero Grecia debería haber amenazado con abandonar el euro hace mucho tiempo, y debería estar preparada para hacerlo. Aunque la medida podría costarle mucho a Grecia a corto plazo, es poco probable que cueste más que los varios años de recesión, paralización y alto desempleo que las autoridades europeas le están ofreciendo.

Deberíamos recordar la experiencia de Argentina a fines del 2001. Durante más de tres años y medios Argentina sufrió una de las recesiones más profundas del siglo veinte. El peso argentino estaba atado al dólar, lo que se parece mucho al uso del euro como su moneda nacional, por parte de Grecia. Los argentinos aceptaron prestamos del Fondo Monetario Internacional, y cortaron el gasto público mientras estallaba la pobreza y el desempleo. Todo esto resultó inútil al profundizarse la recesión.

Después Argentina dejó de pagar su deuda externa y abandonó la convertibilidad con el dólar. La mayoría de economistas y la prensa financiera predijeron que seguirían años de desastre. Pero la economía sólo se contrajo por un trimestre más después de la devaluación y el incumplimiento de pagos; después creció 63 por ciento durante los próximos seis años. Más de 11 millones de personas, en un país de 39 millones, fueron sacados de la pobreza.

Dentro de tres años Argentina volvió a alcanzar su nivel de producción de anterior a la recesión, a pesar de haber perdido más que el doble de su producto interno bruto de lo que ha perdido Grecia durante su recesión actual. En comparación, en Grecia, aun si todo va bien, el FMI proyecta que la economía tardará ocho años en alcanzar su nivel del PIB precrisis. Pero esto es seguramente demasiado optimista – el FMI ha bajado sus pronósticos de corto plazo para Grecia repetidamente desde que comenzó la crisis.

La principal razón detrás de la rápida recuperación en Argentina fue que finalmente fue liberada de políticas fiscales y monetarias que impedían el crecimiento. Lo mismo sería verdad para Grecia si abandonara el euro. Grecia también recibiría un impulso a través del efecto de la devaluación sobre la balanza comercial (igual que Argentina durante los primeros seis meses de su recuperación) ya que sus exportaciones serían más competitivas, y las importaciones estarían más caras.

Reportajes de la prensa también han advertido que si Grecia se desata de la zona del euro, su deuda aumentará como resultado de la devaluación. Pero la realidad es que Grecia no pagaría esa deuda, tal como Argentina no pagó dos tercios de su deuda externa después de su devaluación e incumplimiento de pagos.

Portugal acaba de concluir un acuerdo con el FMI que prevé dos años más de recesión. Ningún gobierno debe aceptar ese tipo de castigo. Un líder responsable señalaría a las autoridades europeas que tienen el dinero para apoyar a Grecia con políticas anticíclicas (como el estímulo fiscal) pero están eligiendo no hacerlo.

Desde el punto de vista de los acreedores – el cual las autoridades de la Unión Europea evidentemente han adoptado – el país que acumula un exceso de deuda debe ser castigado para no alentar la “mala conducta.” Pero castigar a un país entero por los errores de algunos de sus líderes, aunque quizás satisfaga moralmente a algunos, no es una base sólida para una política correcta.

También existe la idea de que Grecia – al igual que Irlanda, España, y Portugal – puede recuperarse a través de la “devaluación interna.” Eso implica un aumento en el desempleo, tanto que los sueldos terminan cayendo lo suficiente como para que el país sea más competitivo a nivel internacional. Pero el costo social de esa política es extremadamente alto y casi nunca funciona. El desempleo ha duplicado en Grecia (hasta 14,7%), subió más que el doble en España (hasta 20,7%), y más que el triple en Irlanda (hasta 14,7%). Pero la recuperación es escurridiza todavía.

Podemos estar seguros de que las autoridades europeasle ofrecerían a Grecia un mejor acuerdo bajo la amenaza creíble de que se desprendiera de la zona del euro. De hecho, hay señales de que tal vez ya hayan actuado en respuesta a la amenaza de la semana pasada.

Pero al final de todo, Grecia no puede aceptar un acuerdo que no le permite crecer y salirse de la recesión. Préstamos que se condicionan a las llamadas políticas “procíclicas” – recortar el presupuesto y aumentar los impuestos ante una recesión – se deben quitar de la mesa de negociación. El intento de contraerse para salir de la recesión en Grecia ha fracasado. Si eso es todo que las autoridades europeas tienen para ofrecer, entonces ya es hora de que Grecia, y tal vez otros, se despidan del euro.

Mark Weisbrot es codirector del Center for Economic and Policy Research (CEPR), en Washington, D.C. Obtuvo un doctorado en economía por la Universidad de Michigan. Es también presidente de la organización Just Foreign Policy.

Original aqui.

Robert Reich Explains the Economy in 2 Minutes

terça-feira, 21 de junho de 2011

Divida Privada Para Divida Pública

Piratas

João Ferreira do Amaral

Aqui.

Somos todos gregos

Uma proposta Modesta (YANIS VAROUFAKIS and STUART HOLLAND).


Open letter to the Greek Prime Minister

6Jun

Dear George,

A few days after the 2009 election that brought you to power, you told your cabinet in a televised meeting: “We are anti-authoritarians in authority”. Most of your cabinet, men and women who had been craving authority for years, looked at you incredulously, while your detractors mocked you. You seemed rather lonesome at that moment. And yet, to the degree that I know you, you were utterly authentic in uttering that thought.

Since then much poisoned water has flowed under the proverbial bridge. The utopian declarations were swamped by an angst-ridden effort to save the country. It forced you not only to clench your teeth, and to drown out your utopian self, but also to renounce some of your basic convictions about what ought, and what ought not, to be done by those in authority. To the extent that I know you, I am convinced you considered your harsh decisions to have been the best of a hideous lot. And I can imagine your loneliness just after you took each one of them.

Thus we arrived in May 2010, a juncture where you were ambushed by the most momentous decision any peacetime Prime Minister has had to face hitherto. You know that we disagreed on whether it was the correct decision. It matters little now. They convinced you that the deal you put your signature to was a genuine bailout; a lifejacket offered after a shocking shipwreck for the purposes of allowing the shipwrecked a chance to buy time and find their way, through stormy waters, toward some terra firma. I considered the same ‘bailout’ a massive ball-in-chain, attached to our collective ankles, dragging the whole of the eurozone toward the bottom (surplus and deficit nations alike, North and South bound together in a deathtrap). You chose to follow the advice of your counsellors, and of the captains of finance, judging that the ‘bailout’ was, indeed, buying you precious time. Nevertheless, to the extent that I know you, your decision filled you with angst and sadness.

For months now you knew that the ‘bailout’ was failing because it was in its DNA to fail (and not because it was not followed as best as it could have been by your government). We, economists, as you well know, disagree on almost everything. History has, however, taught us two lessons: (1) You cannot save the bankrupt by means of expensive, new loans; and (2) Swinging austerity cannot and will not reduce the deficits and debts of a macro-economy caught in a savage recession, especially when it is unable to devalue its currency and, to boot, forced to operate in a recessionary global and regional environment. Last year’s ‘bailout’ violated both principles. Is it any wonder it failed?

segunda-feira, 20 de junho de 2011

Ramos-Horta: A economia, os mercados e as democracias

Teria sido possível, como propus há meses, evitar que Portugal fosse
obrigado a pedir ajuda financeira especial.

A situação por que Portugal passa é relevante para todos nós. Se queremos
evitar o pior, devemos extrair dela as lições apropriadas.
Teria sido possível, como propus há meses, evitar que Portugal fosse obrigado a
pedir ajuda financeira especial. Esta foi sempre a minha convicção, baseada em
todos os dados económicos e financeiros credíveis, disponíveis publicamente.
A situação actual poderia ter sido evitada com o apoio do Banco Central
Europeu, se o BCE tivesse sido mais pró-activo e agressivo na compra de dívida
soberana portuguesa, a juros mais justos e sustentáveis. Uma intervenção firme
do BCE teria mandado um sinal poderoso aos mercados, suficiente para impedir
que especuladores se atrevessem a lançar-se como abutres sobre Portugal,
como antes haviam feito com a Grécia e a Irlanda, quando a informação
disponível indica que a situação portuguesa é totalmente diferente das destes
países.
Estranhamente, ninguém questiona a credibilidade de agências de rating cujas
iniciativas foram instrumento do assalto especulativo a economias de alguns
países periféricos. As agências, como Moody"s,Standard and Poor"s e Fitch,
para referir apenas as maiores, não alertaram e, alegadamente, não previram a
débacle dos bancos islandeses ou do sistema financeiro americano, em 2008.
Os ratings destas agências não reflectiram os sinais de especulação em Wall
Street, onde charlatães como Bernard Madoff operaram tranquilamente, anos a
fio, na impunidade. Nem estão em causa, apenas, figuras como Madoff. O
senador Carl Levin, presidente da subcomissão de Investigação do Senado, num
relatório que condensa dois anos de trabalho, propõe que Lloyd Blankfein, CEO
da Goldman Sachs, uma das maiores firmas de Wall Street e do mundo, seja
referido ao Departamento de Justiça para possível processo-crime sobre várias
condutas, incluindo defraudar investidores e mentir ao Congresso.
As agências de rating estão a actuar como manipuladores do mercado e da
opinião pública, fabricando falsas "realidades" com impactos globais.
Os dados objectivos de que dispomos indicam uma situação de Portugal muito
diferente da impressão promovida pelas agências de rating e os especuladores.
Vejamos alguns factos da economia portuguesa recentemente recordados num
importante artigo do professor Robert Fishman, da Universidade norte-americana
de Notre-Dame, publicado no New York Times.
A dívida portuguesa está bem abaixo do nível da de outros países, como a Itália,
que não foram alvo de avaliação alarmista e da especulação dos mercados.
O défice português é inferior ao de vários países da União Europeia e tem-se
reduzido rapidamente, com as medidas tomadas pelo Governo.
Antes dos especuladores provocarem o disparo das taxas de juro para níveis
insustentáveis, a economia portuguesa dava sinais positivos de recuperação.
Portugal recuperou da recessão de 2008 mais depressa do que outros países da
União Europeia e, no princípio de 2010, a sua taxa de crescimento económico
era das melhores entre os países da União.
Com base numa avaliação ponderada da situação, em 2010, tomei iniciativas
com o objectivo de estimular o interesse numa intervenção de países da CPLP,
comprando dívida soberana de Portugal.
A proposta tinha em vista a acção coordenada e simultânea de vários países,
como Timor-Leste e Angola, sob liderança do Brasil, pelo peso financeiro e
político deste país à escala global, adquirindo dívida soberana portuguesa,substancialmente abaixo dos juros impostos pelos mercados.
Uma intervenção coordenada teria ajudado a estancar a hemorragia financeira,
precipitada pelas agências de rating e seus cúmplices especuladores.
Simultaneamente, o BCE devia também actuar mais agressivamente na compra
de dívida portuguesa.
Intervenções coordenadas arrastariam as taxas de juro para níveis sustentáveis,
evitando o envolvimento do FMI. As receitas do FMI, no passado, conduziram
sempre ao empobrecimento dos países onde foram aplicadas e o Brasil foi um
exemplo notório de vítima desse tipo de receitas.
Logo que assumi o cargo de Presidente da República, em Maio de 2007, alertei,
em reuniões do Conselho de Estado e com o Governo, para o que adivinhava
então ser uma rápida depreciação do dólar, que veio, de facto, a ocorrer. Na
altura propus a diversificação rápida de aplicações financeiras dos activos do
nosso Fundo de Petróleo, que estavam investidos exclusivamente em obrigações
do Tesouro dos Estados Unidos. Propus que a diversificação incluísse outras
dívidas soberanas e, provavelmente, aplicações em activos estratégicos, como
energias renováveis, telecomunicações, etc.
Nesta sequência lógica, não é de estranhar que, com apoio do primeiro-ministro
Xanana Gusmão e do ex-primeiro-ministro Mari Alkatiri, homem forte da oposição,
Timor-Leste viesse a investir em dívida soberana portuguesa a cinco ou dez
anos, como um investimento credível, seguro e rentável, a um juro muito abaixo
do imposto por especuladores internacionais. A condição do investimento do
nosso fundo é que as aplicações ofereçam credibilidade e, obviamente, garantam
um retorno a médio e longo prazo que justifique o investimento feito.
Timor-Leste tem presentemente uma posição financeira invejável, apesar dos
enormes desafios de desenvolvimento que temos para resolver, os quais
recordam diariamente que não chega ter riqueza para se construir uma sociedade
de bem-estar, sendo necessário aplicá-la com ponderação e distribuí-la com
justiça.
A nossa economia registou taxas de crescimento de dois dígitos nos últimos
quatro anos e a revista The Economist previa recentemente que Timor-Leste
estará entre os nove países do mundo com maiores taxas de crescimento, em
2011. O Economist Pocket Book de 2010 sobre Timor-Leste refere-nos como o
país do mundo com maior superavit, representado quase 300% do PIB. Somos
também um país sem dívida externa, pública ou privada.
Não obstante, sabemos estar perigosamente dependente de uma única fonte de
receita - petróleo e gás -, e que, para redução da dependência, é necessário
continuar a desenvolver e intensificar estratégias de diversificação da economia,
que só mostrarão resultados significativos a prazo de 10 a 20 anos.
As minhas propostas e iniciativas não nasceram apenas do sentimento de
solidariedade que temos com Portugal. Nasceram também da indignação pelo
comportamento dos senhores que dominam os meios financeiros mundiais.
Eles causaram o colapso económico-financeiro de que o mundo está a sofrer as
consequências e, apesar disso, continuam, com total desplante, a influenciar os
ratings de países e, com o eco dos media, a empolar gravemente e a beneficiar
de situações que eles próprios ajudam a criar.
É óbvio que a adopção do euro por países com níveis de desenvolvimento muito
diferente, na Europa, criou problemas próprios, com perda pelos bancos centrais
nacionais da capacidade de influenciar a política monetária dos respectivos
países, em resposta às necessidades das suas economias. Mas o euro não é a
raiz do problema, como se percebe da crise bancária tornada crise soberana em
países fora da zona euro, como a Islândia.
É também óbvio que Portugal, embora em franca modernização e recuperação
económica, até há pouco tempo, terá de diversificar os seus parceiros
comerciais. A economia portuguesa deve dirigir-se mais agressivamente a
mercados em grande expansão como o Brasil, Angola, África do Sul, Índia, China
e outras economias asiáticas e investir mais em áreas em que tem know-how e
capacidade comprovada - das energias renováveis à engenharia civil,
agro-indústria, vinhos, calçado e outros, para os quais existem enormes
mercados nas economias emergentes.
Mas o que torna a situação de Portugal um assunto do interesse de todos é a
capacidade dos especuladores e da acção não regulada dos mercados imporem
a sua vontade e as suas propostas económicas a países inteiros, contra a
vontade do seus povos e dos Governos democraticamente eleitos. Hoje
acontece com Portugal, amanhã acontecerá com outros países.
Como alerta o prof. Fishman, "no destino de Portugal há um aviso claro". Se
continuarmos a permitir que levem a melhor, os especuladores não vão parar
aqui. Presidente da República Democrática de Timor-Leste. Prémio Nobel da
Paz (1996), Díli, 15 de Abril de 2011.

Disponível aqui.

Dilma já admite comprar títulos da dívida portuguesa

Dilma já admite comprar títulos da dívida portuguesa

Segundo a presidente, outras alternativas são estudadas, como a compra antecipada de títulos brasileiros que estão nas mãos do governo português

Dilma: flores e proposta de ajuda na chegada a Portugal Dilma: encontro com José Sócrates foi cancelado devido à volta antecipada ao Brasil (Paulo Novais / EFE)
Apesar de ter se calado, na última terça-feira, sobre a possibilidade de o Brasil comprar uma parte da dívida soberana portuguesa para ajudar a economia a superar a grave crise financeira, a presidente Dilma Rousseff voltou atrás. Nesta quarta-feira ela afirmou à imprensa lusitana que o país poderá usar o artifício para colaborar com Portugal. "Estamos estudando a melhor maneira de participar na recuperação da economia portuguesa. Nossas equipes têm um diálogo permanente e fluente sobre esta questão", declarou Dilma em uma entrevista ao jornal Diário Econômico.

"Uma das possibilidades é a compra de uma parte da dívida soberana portuguesa", destacou a presidente, que também mencionou a análise de "outras alternativas", como "a compra antecipada de títulos brasileiros atualmente nas mãos do governo português". Dilma já havia destacado na terça-feira que o Brasil faria todo o possível para ajudar Portugal, mas também lembrou que no país existem "regras muito rígidas sobre a utilização das reservas". A presidente disse ainda que, até o momento, Portugal não apresentou nenhum pedido formal de ajuda.
Portugal é considerado o próximo candidato a uma ajuda financeira internacional similar à já recebida por Grécia e Irlanda, outros dois membros da zona do euro. Os prazos financeiros espreitam o governo lusitano, que deve pagar 4,2 bilhões de euros de dívida em 15 de abril e outros 4,9 bilhões em 15 de junho. Para certos analistas, Portugal pode tentar superar os vencimentos com empréstimos de outros países sob a forma de compras diretas de sua dívida.

A China, que segundo informações da imprensa nunca desmentidas já teria comprado mais de um bilhão de euros da dívida portuguesa em janeiro, afirmou na semana passada estar disposta a "reforçar os laços" com Portugal. Na quarta-feira da semana passada, o primeiro-ministro português José Sócrates renunciou depois que o Parlamento rejeitou um novo plano de austeridade, que pretendia garantir a redução do déficit público a 2% do PIB até 2013 e evitar o recurso a uma ajuda financeira internacional.

Na entrevista ao Diário Econômico, Dilma Rousseff afirmou ainda que muitas empresas brasileiras estão "interessadas no mercado português" e que deseja uma cooperação maior entre os dois países, especialmente nos "setores de energia, turismo, aeronáutica, telecomunicações e meios de comunicação". "Portugal é um país muito importante para o Brasil. É nossa porta de entrada para a Europa", destacou.

Em Coimbra desde terça-feira, a presidente encurtou a visita a Portugal ao tomar conhecimento da morte do ex-vice-presidente José Alencar. Por essa razão, ela cancelou as reuniões previstas para a tarde de quarta-feira com o colega português, Aníbal Cavaco Silva, e com o primeiro-ministro demissionário José Sócrates, e deverá voltar ao Brasil para acompanhar o velório de Alencar.
(Com agêcia France-presse)

Disponível aqui e aqui.

José Luis Sanpedro

José Maria Castro Caldas

War by Other Means: John Pilger







domingo, 19 de junho de 2011

Será que é a vez do PS espanhol?

Foi em Portugal.
Está-se a fazer o mesmo na Espanha e na Grécia.
É terrível que estas manifestações sirvam para colocar um governo ainda mais à direita no poder. É terrível que os PSs europeus com as políticas neoliberais tenham ocupado o espaço político da direita. Em vez de defender os povos, cometem traição e deixam espaço completamente disponível para que a direita calmamente se ocupe do poder agradecendo o caminho já percorrido pelos PSs que desta forma ajudam a confirmar o discurso de que não há alternativa às políticas que defende a direita.
Confirma-se o desnorte evidenciado com Blair.
Confirma-se que não sabem para onde querem ir.
Aceitam sem questionar o princípio de que o Estado não pode intervir na economia porque isso tem como destino a Albânia. Mas dão-se quantidades astronómicas de dinheiro dos povos para salvar empresas que produziram a crise em que estamos. Mas sem tomar posse dessas empresas.
Temos que desconstruir esse discurso e construir todo um outro marco de referência.

quinta-feira, 16 de junho de 2011

Pensem o que quiserem

Ar de Portugal

Métricas e outras coisas

O copianço num teste de futuros magistrados e a correspondente atribuição de nota 10 a todos foi um acto pedagógico tanto para os examinandos como para os restantes cidadãos.

Os alunos fingem que aprendem e os professores fingem que aferem conhecimentos. Quando concluído o curso, fingirão que auditam, fingirão a impartição da justiça. Os auditados fingirão que a auditoria é bem feita, os que aceitam as determinações jurídicas fingirão que aceitam a justiça feita.

Na realidade, é assim que este nosso mundo tem funcionado. Vejamos...

Invadem-se países matando milhões de pessoas fingindo que existem perigosíssimas armas em mãos de tiranos, enquanto quem possui essas armas são os invasores. Quem assiste pela TV à matança a milhares de quilómetros finge que acredita que ninguém está a ser morto naquele instante, porque não é salpicado pelo sangue.

Invadem-se nações fingindo que messianicamente se quer espalhar a liberdade e a democracia, os cidadãos dos países invasores fingem que acreditam que não é para se apropriar dos recursos, as elites fingem que é uma necessidade moral, e as populações quando usam os recursos roubados fingem que não sabem que estão a participar na matança.

Destroem-se sociedades com recursos raros em busca do lucro em que uma irrisória parte é dada a IPSS fingindo dessa forma que se compra o perdão enquanto as populações ocidentais fingem que o aparelho de alta tecnologia que acabaram de comprar a preços tão cómodos não foi produzido em condições infra-humanas que resultam no desemprego dos compradores.

Fazem-se campanhas de angariação de dinheiro para ajudar a milhões que morrem de fome por esse mundo fingindo esquecer que pagando impostos justamente o problema ficaria resolvido e até sobrava dinheiro. Quem recebe a ajuda finge que não está desesperado e agradece fingindo que se não recebesse essa ajuda poderia cometer alguma loucura.

Liberaliza-se o mercado de trabalho facilitando os despedimentos fingindo que isso vai incentivar a contratação de mais pessoas. Diminui-se os salários fingindo que todos vão ganhar mais. Quem trabalha finge que acredita nisso com medo de perder ainda mais.

Levantam-se barreiras aos movimentos financeiros fingindo que se está a potenciar a criação de riqueza enquanto todos fingem que são esses mesmos movimentos financeiros que estão a produzir cada vez mais miséria, primeiro no terceiro mundo e agora mesmo ao virar da esquina.

Entidades não eleitas fingem exigir mais democracia enquanto despoticamente dão remédios que fingem que auxiliarão aos que antes seguiram os seus concelhos e cujos líderes fingem que a situação em que se está não dependeu das suas acções. Os eleitores fingem que se esqueceram quem são os responsáveis.

Os mais ricos apelam à solidariedade de todos fingindo que não pretendem uma cada vez maior parte da riqueza produzida enquanto os mais débies fingem que aceitam ficar ainda mais pobres.

Os palhaços palram na TV fingindo acreditar no que dizem enquanto os que os ouvem fingem que se esquecem que quem fala ainda se senta à mesa e partilha do manjar.

Os governantes ao verem que há cada vez mais funções que deixam de ser exercidas fingem que não sabem que os privados não as assumem e que não tem o mandato para fazer o que for necessário para resolver a situação, mesmo que sejam eles a fazer. Os privados fingem que cumprem essas funções mesmo e que não deixarão morrer pessoas se isso implicar uma perda de receita.

Todos nós fingimos que achamos normal que aquilo que existia a leste tenha resultado de uma má aplicação enquanto fingimos que aceitamos que a situação em que desaguámos vinte anos depois resultou também da síntese que a oriente se produziu.

Resumindo, a directora do CEJ, depois de ponderar a realidade deste mundo, e pretendendo certamente que quem estuda a entenda, tomou a decisão correcta: o mundo em que vivemos é uma selvajaria e a justiça é o que resultar necessário para que todos se comportem apropriadamente ao saque a que a maioria é sujeita.

Quem são os violentos em Barcelona?